Como toda relación: se conocieron, salían y cuando ella menos lo esperaba ya eran enamorados. Las cosas iban de lo mejor, aunque nunca faltaba la pimienta de las relaciones: peleas, discusiones, celos, etc. En ocasiones eran los famosos 'breaks' o tiempos de separación donde cada uno analiza que pasa y porque se comportan así, cada uno en su mente, internalizando sus emociones. Ella era muy sensible, sus sentimientos eran puros como su alma y corazón. Esta relación no duró lo que ella esperaba o simplemente no fue lo que siempre escuchaba del amor. ¿Enamorarse de nuevo? No, pensaba, mas el amor llega cuando menos lo esperamos y nos hace olvidar del pasado. Y en un abrir y cerrar de ojos, pensó encontrar a aquel, quien sería dueño de su corazón, pero su pasado también estaba ahí y en ocasiones era más fuerte el sentimiento pasado que el nuevo.
Ella, hasta ahora, no sabe si escogió bien al volver con el chico, solo el tiempo le dirá que pasaría. El otro chico, queda como el amigo: está cuando más lo necesita. Todo va mejorando: su relación va bien y todo parece encajar en el gran rompecabezas de la vida. Uno cuando ama y es correspondido es lo mejor, así se sentía ella. Su sonrisa irradiaba todo el paisaje, era raro verla triste o con un semblante bajo; su alegría era evidente. Aunque a veces uno no ve más allá de lo que tenemos en frente, a menos que veamos en la ventana del alma: los ojos. Claro si uno ve a cada rato los ojos a una mujer pues o la estas enamorando o te estas enamorando o las 2 cosas a la vez. Sus ojos no mostraban esa alegría total, ese amor que decía sentir. Las palabras se las lleva el viento, pero el sentimiento siempre queda por más palabras que uno pueda decir. Ella no pide mucho: solo sinceridad, cariño, romanticismo, pasión, caballerosidad, elegancia y ternura; encanto y dulzura.Tan fuerte puede ser el sentimiento de amor, que no recuerdas nada o lo recuerdas todo, así de fuerte y complejo es este sentimiento. Complejo es el amor, pero más complejo es las ideas y pensamientos en su linda cabecita. A veces se siente en el cielo a su lado, pero la tormenta se presenta, en ocasiones, a plena luz del día. A veces uno no comprende que desea una mujer o una niña, pero es tan simple que no nos damos cuenta: ternura, cariño y pasión. Solo 3 palabras que significan muchísimo para una relación, para esta niña que no desea perder la fe en el amor.
Su vida pasaba por un momento único: su relación estaba tomando un giro verdadero. No existían los días de discusiones, de quejas, de malos gestos ni de seriedad. Existía armonía total en la relación. La gente veía en ellos una hermosa pareja, aunque al principio se sorprendían por la relación. En todo lugar, la gente se muerde la lengua cuando ve que la pareja saca adelante la relación y las cosas van bien para ambos. Nunca faltaba la pimienta de la relación: el famoso hoy no puedo salir u hoy no podemos vernos. Al final el amor reinaba y prevalecía frente a todo.
Los momentos de pasión al 100% nunca faltaban. Solo el miedo e inocencia de esta niña, no permitían se consuma la mejor manera de demostrar a la otra persona el amor verdadero. Aquello que solo debe llegar por mutuo acuerdo entre ambas partes sin forzar a nadie a hacerlo, solo hacerlo por amor verdadero y mutuo. Ella lo amaba con todo el corazón y con toda su alma y él correspondía a esos sentimientos con el triple de detalles y ternura. Ella no quería avalanzarse al placer carnal sin antes estar segura del amor que sentía. A veces esto desesperaría a cualquier hombre, pero es la mayor prueba que puede existir del amor puro y verdadero que toda persona, en especial una mujer y mucho mas esta niña, merecen tener y que se les sea demostrado. El hombre lo toma todo a la ligera y la mayoría de veces dentro de lo carnal, pero cuando se ama de verdad, el hombre puede y debe esperar para que el amor existente entre los dos llegue a su máxima y hermosa forma de expresión.
El tiempo pasaba y la relación se fortalecía. Los celos, cosa normal, se daban pero siempre existía una forma de aprender durante la relación: a confiar. Un amigo de esta niña, quien parecía tener sentimientos por ella, hacia que la relación tiemble por momentos. La niña, sin embargo, le decía a su pareja que solo eran amigos y no tenían de que preocuparse porque su amigo debe respetar su amistad y la relación que tiene y no confundir las cosas. A veces los hombres no lo entendemos y parecemos no escuchar aquello y los celos y malos pensamientos invaden nuestra armonía, perjudicando, en este caso, a la mujer. Ella se sentía por momentos sola: no siempre su pareja estaba ahí ya sea por motivos de estudio o de trabajo. Sus amigos eran su bendición. Conversar con ellos, la hacían sentir mejor y sobretodo que no estaba sola. Por momentos no veía a sus amigos o simplemente paraba más pendiente de su pareja en lugar de dedicarle un momento a sus amigos. Es complicado pero ella estaba decidida a no perder sus amigos y mantener su relación viva como el fuego.
Una o varias relaciones amorosas pueden marcarnos para siempre, dejarnos heridas buenas o muy dolorosas, ser recordadas eternamente o ser odiadas y repudiadas por siempre. Una relación debe comenzar y terminar bien, siempre deseándole lo mejor a la persona. Ella, sin embargo, tenia muy en claro algo: quizás su enamorado actual no lo sea para toda la vida o quizás si, pero en caso que no, no es justo perder unos amigos por darle tiempo, que siempre se debe hacer, a la pareja. Es complicado porque tienes que respetar la relación y a la vez tratar de no alejarte de las verdaderas amistades que has formado a lo largo de tu vida, incluso antes de conocer a esa personita tan especial de la cual te llegas a enamorar y amar.
Su enamorado quería comprender como esta su niña, mas algunos sentimientos y celos hacían que la relación perfecta pierda equilibrio y comienze a balancearse de forma preocupante. El amor es así: el tiempo es el único que lo comprende. Además por amor podemos y debemos volvernos mejores personas, no solo con el ser amado, sino con todos. La niña sentía que las tormentas volvían a aparecer pero siempre vendría la calma. Una calma, que ella espera, no tarde en llegar. No quiere perder nada: ni a su pareja ni a sus amigos. El equilibrio estaba por desequilibrarse. Los amigos no tienen la culpa: ellos estarán por mas que no pidamos que estén ahí ya sea en las buenas o en las malas y ella lo tenia bien en claro. Y estaba a punto de perder a su enamorado que era también su amigo.
En los momentos donde el amor pareciera reinar de lo mejor y nos sumamos a momentos tan especiales y eternos, siempre surgen cosas que lo complican y son estas las mejores pruebas que el amor debe afrontar para salir adelante, porque así es el amor. La niña se encontraba en el dilema de balancear su tiempo entre su relación y sus amistades: ella quería que su relación siga siendo especial, que cada detalle le sorprenda, que sus amigos no se alejen y por el contrario con su mejor amigo -su enamorado, todo siga de la mejor manera y llevar una vida tranquila, feliz y sobretodo armoniosa. No debía alejarse de sus amigos ni mucho menos su enamorado sentir celos de sus amigos. No es justo para ninguno de los dos, pero a veces ciertos sentimientos invaden a los otros y no nos dejan ver las cosas claramente. A todo esto, la niña sufría porque el amor de su vida se estaba perdiendo.
A veces los denominados "darse tiempo" o bien son para pensar más en la relación y en uno mismo o simplemente para darle fin. Ella tenía miedo de lo último, como cualquiera lo tendría, pero su miedo era demasiado intenso, como una fobia y sobretodo era confuso. Se estaba convirtiendo en la niña de este cuento y entro en el sin el menor de sus deseos y ya estaba en medio del mismo sin un destino fijo. Creo que he visto a este niña un par de veces, mas no conocía su forma de pensar y como realmente se sentía por dentro, solo se que su tibia sonrisa ocultaba un invierno pesar. Cualquiera desearía que la relación fuera perfecta, sin comentarios inútiles, sin discusiones irracionales, pero nada puede ser perfecto -no lo entiendo porque, así que al buscar la perfección en estos momentos de su vida, hacían que esta se complique en lugar de perfeccionarse. Complicado: dedicarle tiempo a tu familia, amigos y a tu enamorado o novio, sin desbalancear nada. Si se puede y debería hacerlo, mas esta niña con todos sus deseos del mundo, encontraba que su pareja quería, sin querer, desencajar dicha perfección que no quisiera comprender el porque de su existencia.
El amor de tu vida, viene a arreglar tu vida, no viene a alejarte de tus amigos ni mucho menos que le dediques tu entera atención. La niña percibía esto y la hacia sentirse mal, pésima. Sus amigos podían hablarle pero el riesgo de unos celos enfermizos también los hacía huir. La niña tiene un carácter tranquilo y de lo mejor y quizás no se atrevía a encarar a su amorcito. Complicado, pero al fin y al cabo era para mantener las llamas de la relación que no se estaba avivando sino quemando y donde las cenizas seria lo ultimo que podría quedar de la misma. El tiempo jugaba en su contra y la niña decidió hablar. La conversación entró más en gritos y en tonos fuertes de voz, mas no en conversar como la pareja que eran. La relación se venia abajo y ella se sentía sola, amenazada, invulnerable dentro de un mundo, que ella pensaba, estaba destinada a sufrir. Sin querer estaba en medio de este cuento buscando que el autor encuentre la salida o al menos diseñe el final perfecto.
Una canción dice que las luces guiarán a uno y que esa persona tratará de arreglarte, llevarte por el mejor sendero de la vida y convertirte en mejor persona de lo que uno era o esperaba ser. Así es y debería ser el amor y no atormentar la vida de quien se dice amar. Quizás el final perfecto quede en líneas o quizás sea una hermosa premonición para que el cuento tenga el final perfecto tanto en la ficción como en la realidad. A la niña no le importaba, siempre que en su corazón y en su vida exista la felicidad que ella se lo merece, que sus lágrimas no hayan sido en vano, porque luego de la tormenta podremos ver el arco iris.