Su vida pasaba por un momento único: su relación estaba tomando un giro verdadero. No existían los días de discusiones, de quejas, de malos gestos ni de seriedad. Existía armonía total en la relación. La gente veía en ellos una hermosa pareja, aunque al principio se sorprendían por la relación. En todo lugar, la gente se muerde la lengua cuando ve que la pareja saca adelante la relación y las cosas van bien para ambos. Nunca faltaba la pimienta de la relación: el famoso hoy no puedo salir u hoy no podemos vernos. Al final el amor reinaba y prevalecía frente a todo.
Los momentos de pasión al 100% nunca faltaban. Solo el miedo e inocencia de esta niña, no permitían se consuma la mejor manera de demostrar a la otra persona el amor verdadero. Aquello que solo debe llegar por mutuo acuerdo entre ambas partes sin forzar a nadie a hacerlo, solo hacerlo por amor verdadero y mutuo. Ella lo amaba con todo el corazón y con toda su alma y él correspondía a esos sentimientos con el triple de detalles y ternura. Ella no quería avalanzarse al placer carnal sin antes estar segura del amor que sentía. A veces esto desesperaría a cualquier hombre, pero es la mayor prueba que puede existir del amor puro y verdadero que toda persona, en especial una mujer y mucho mas esta niña, merecen tener y que se les sea demostrado. El hombre lo toma todo a la ligera y la mayoría de veces dentro de lo carnal, pero cuando se ama de verdad, el hombre puede y debe esperar para que el amor existente entre los dos llegue a su máxima y hermosa forma de expresión.
El tiempo pasaba y la relación se fortalecía. Los celos, cosa normal, se daban pero siempre existía una forma de aprender durante la relación: a confiar. Un amigo de esta niña, quien parecía tener sentimientos por ella, hacia que la relación tiemble por momentos. La niña, sin embargo, le decía a su pareja que solo eran amigos y no tenían de que preocuparse porque su amigo debe respetar su amistad y la relación que tiene y no confundir las cosas. A veces los hombres no lo entendemos y parecemos no escuchar aquello y los celos y malos pensamientos invaden nuestra armonía, perjudicando, en este caso, a la mujer. Ella se sentía por momentos sola: no siempre su pareja estaba ahí ya sea por motivos de estudio o de trabajo. Sus amigos eran su bendición. Conversar con ellos, la hacían sentir mejor y sobretodo que no estaba sola. Por momentos no veía a sus amigos o simplemente paraba más pendiente de su pareja en lugar de dedicarle un momento a sus amigos. Es complicado pero ella estaba decidida a no perder sus amigos y mantener su relación viva como el fuego.
Una o varias relaciones amorosas pueden marcarnos para siempre, dejarnos heridas buenas o muy dolorosas, ser recordadas eternamente o ser odiadas y repudiadas por siempre. Una relación debe comenzar y terminar bien, siempre deseándole lo mejor a la persona. Ella, sin embargo, tenia muy en claro algo: quizás su enamorado actual no lo sea para toda la vida o quizás si, pero en caso que no, no es justo perder unos amigos por darle tiempo, que siempre se debe hacer, a la pareja. Es complicado porque tienes que respetar la relación y a la vez tratar de no alejarte de las verdaderas amistades que has formado a lo largo de tu vida, incluso antes de conocer a esa personita tan especial de la cual te llegas a enamorar y amar.
Su enamorado quería comprender como esta su niña, mas algunos sentimientos y celos hacían que la relación perfecta pierda equilibrio y comienze a balancearse de forma preocupante. El amor es así: el tiempo es el único que lo comprende. Además por amor podemos y debemos volvernos mejores personas, no solo con el ser amado, sino con todos. La niña sentía que las tormentas volvían a aparecer pero siempre vendría la calma. Una calma, que ella espera, no tarde en llegar. No quiere perder nada: ni a su pareja ni a sus amigos. El equilibrio estaba por desequilibrarse. Los amigos no tienen la culpa: ellos estarán por mas que no pidamos que estén ahí ya sea en las buenas o en las malas y ella lo tenia bien en claro. Y estaba a punto de perder a su enamorado que era también su amigo.