Luego de muchas lágrimas de sufrimiento, la niña se sentía invulnerable, débil, quería cambiar. Quizás volverse más fría para no sufrir, dejar de lado su alegría, su naturalidad, su sencillez y ser simplemente alguien completamente diferente para no volver a sufrir una pena amorosa. A pesar que tenia alguien a su lado, sentía que él era diferente, no era el mismo: el encanto se había perdido, la magia estaba acabándose y el amor se encontraba en un puente colgante a punto de romperse. Tenia miedo a la soledad, volver a empezar de cero. Es un sentimiento raro y confuso: estar con alguien solo para no sentirse sola, pero ella tenia la esperanza que cambiaría y todo seria normal o quizás mejor.
Es algo difícil porque al principio todo era bonito, lindo, a punto de ser perfecto y luego esto se va perdiendo. Es algo injusto lo que esta niña siente: se siente perdida, confundida sin saber que el amor que siente le puede ser correspondido pero que no es completo. Es increíble que la magia se vaya perdiendo, que el toque de especial no exista más. Ella decidió terminarlo o simplemente se dejó terminar o simplemente no sabe cuando se terminó. El amor puede venir de una manera difícil y terminar de una manera fácil. Ella no quiso entender ello y quizás el amor no quiso entenderla a ella.
Sus lágrimas son secadas en brazos de quien nunca imaginó, sus penas son escuchadas por quien menos lo pensó. Encontró refugio en alguien, pero es un refugio temporal. Ella quiere que esos brazos sean de alguien quien le corresponda, no quiere confundir la amistad con el amor. Ahora el viaje comienza desde cero y primero debe sentirse tranquila y evitar confusiones. Está definiendo que quiere en esta vida, primero a nivel personal, luego a nivel sentimental. Porque el amor llegará cuando menos lo espera. Ella tiene fe en el amor y no desea perderla, antes este amor le dio fortaleza, le enseñó a ser mejor, le mostró el verdadero significado de esa palabra; significado que ha perdido contra su voluntad. En su mente sabe que no debe apresurar las cosas, así su mente y su corazón le digan varias cosas, debe definir en su mente y en su corazón lo que debe querer. El verdadero amor llegará y ella no debe apresurarlo, porque apresurado puede venir y apresurado puede irse.
Entonces sus lágrimas no dejaron de brotar, su encanto no se había perdido, era la misma chica dulce, sincera, alegre, encantadora que solo buscaba ser flechada por el verdadero amor y dejar atrás todo este sufrimiento. Aún existía una pregunta más: ¿Pasará lo mismo? En el fondo tiene miedo que todo se vuelva a dar, que vaya volver a sufrir; ¿volverse a enamorar para volver a sufrir? Pues ella espera que ese hombre le devuelva la esperanza del amor, le enseñe que lo pasado queda ahí y que la magia nunca se debe perder. Esta nueva persona en su vida le enseñará a olvidar los malos momentos y solo quedarse con los buenos momentos para aprender de los malos y no volver a cometer errores.
Una nueva etapa en su vida ella está empezando. Conociendo gente, aprendiendo nuevas cosas y obteniendo logros personales y profesionales. Su corazón ya no está rajado en mil, sus pensamientos están en otro lado y entonces conoce a un chico que le hace ver estrellitas en su corazón, que le estremece su mundo y lo hace ver mejor de lo que ya puede estar. Sus dudas son justificadas pero la ilusión sigue ahí: encontrar el verdadero amor y no sufrir. Este chico le parecía especial en todo el sentido. Solo esperaba algo de él: que no lo hará sufrir. A veces esperar algo de alguien es un aviso al sufrimiento, así que mejor ella debe ser paciente y no ilusionarse con esta nueva persona.