jueves, 2 de abril de 2009

La niña que sufre de amor - Capítulo I

Una niña, como cualquiera, con muchos sueños y metas por cumplir. Camina por la vida, sin preocuparse del pasado y emocionada por el futuro. Su vida iba normal hasta que se presenta esa persona en su vida. Un chico que hace que el mundo de esta niña cambie por completo... la pregunta es: ¿para bien o para mal? Complicado. Lo extraño es si ese sentimiento nuevo causará momentos agradables o heridas insuperables. El amor es complicado: nos da lo más hermoso pero cuando se acaba todo es oscuro, por así decirlo. Nos complicamos, sacamos lo peor de nosotros y no queremos amar ni ser amados. Esta niña nunca había experimentado el amar y ser amada, su timidez e inocencia jugarían a su favor o en su contra... el tiempo lo diría.

Como toda relación: se conocieron, salían y cuando ella menos lo esperaba ya eran enamorados. Las cosas iban de lo mejor, aunque nunca faltaba la pimienta de las relaciones: peleas, discusiones, celos, etc. En ocasiones eran los famosos 'breaks' o tiempos de separación donde cada uno analiza que pasa y porque se comportan así, cada uno en su mente, internalizando sus emociones. Ella era muy sensible, sus sentimientos eran puros como su alma y corazón. Esta relación no duró lo que ella esperaba o simplemente no fue lo que siempre escuchaba del amor. ¿Enamorarse de nuevo? No, pensaba, mas el amor llega cuando menos lo esperamos y nos hace olvidar del pasado. Y en un abrir y cerrar de ojos, pensó encontrar a aquel, quien sería dueño de su corazón, pero su pasado también estaba ahí y en ocasiones era más fuerte el sentimiento pasado que el nuevo.

Ella, hasta ahora, no sabe si escogió bien al volver con el chico, solo el tiempo le dirá que pasaría. El otro chico, queda como el amigo: está cuando más lo necesita. Todo va mejorando: su relación va bien y todo parece encajar en el gran rompecabezas de la vida. Uno cuando ama y es correspondido es lo mejor, así se sentía ella. Su sonrisa irradiaba todo el paisaje, era raro verla triste o con un semblante bajo; su alegría era evidente. Aunque a veces uno no ve más allá de lo que tenemos en frente, a menos que veamos en la ventana del alma: los ojos. Claro si uno ve a cada rato los ojos a una mujer pues o la estas enamorando o te estas enamorando o las 2 cosas a la vez. Sus ojos no mostraban esa alegría total, ese amor que decía sentir. Las palabras se las lleva el viento, pero el sentimiento siempre queda por más palabras que uno pueda decir. Ella no pide mucho: solo sinceridad, cariño, romanticismo, pasión, caballerosidad, elegancia y ternura; encanto y dulzura.

Tan fuerte puede ser el sentimiento de amor, que no recuerdas nada o lo recuerdas todo, así de fuerte y complejo es este sentimiento. Complejo es el amor, pero más complejo es las ideas y pensamientos en su linda cabecita. A veces se siente en el cielo a su lado, pero la tormenta se presenta, en ocasiones, a plena luz del día. A veces uno no comprende que desea una mujer o una niña, pero es tan simple que no nos damos cuenta: ternura, cariño y pasión. Solo 3 palabras que significan muchísimo para una relación, para esta niña que no desea perder la fe en el amor.