lunes, 14 de diciembre de 2009

La niña que sufre de amor - Capítulo V

Esta niña empezaba a tratar con esta personita que la hacia sentir especial. Era diferente y había algo en él que ella sentía curiosidad. Conversaban poco pero conversaban. Estaban distanciados físicamente la mayoría de las veces pero ella sentía que el sentimiento era único y especial. Aunque a la vez sentía que no eran amigos y si lo eran no entendía que clase de amigos podrían ser o empezar a ser. Las conversaciones tenían otro giro y ella se confundía más y quería cortar todo por lo sano y él no lo deseaba, la quería tanto como amiga, como mujer para simplemente olvidarse de ella, ella quería ello porque en el fondo sentía algo que no estaba bien, que él no era para ella o simplemente pensaba que él podría estar jugando con ella como lo habían hecho antes. Así que no entendió razones y simplemente ese chico quedó, así de rápido, en el olvido; él nunca lo aceptará y ella lo sabe.

Fue como el paso de una estrella fugaz, se le da importancia al principio y luego se pierde en el mar de los recuerdos. Ella sabía que no lo olvidaría por un tiempo, pero igual quería olvidarlo. Dejar de lado la parte sentimental era difícil, tenia que hacerlo sino sus sueños, metas y deseos no se harían realidad. Ella sabia que necesitaba, en la mayoría de ocasiones, sentir la calidez de unos brazos, la ternura de una caricia y el romanticismo de unas frases de amor. Ahora ella quiere dejar su mente en blanco y olvidarse de esa persona; y dejar de pensar porque pasan o no las cosas y simplemente que se acabe esto de una buena vez. Seguir mirando hacia adelante sin esperar nada de nadie, desconfiando en cualquiera que se le atraviese en su camino y seguir sola por el difícil camino de la vida. Llegado el momento se sintió muy sola, más sola que nunca.

Ahora no solo estaba sufriendo de amor, sino de falta de amistades, de comprensión. Dijo que quería ser autosuficiente y fuerte pero al final se dio cuenta que estaba sola pero sin que ella lo sepa alguien siempre velaba por sus sueños y esa persona no esperaba nada a cambio, solo que no la aleje de su vida. Varias veces se ponía a pensar en muchas cosas, divagaban sus pensamientos y se ponía a pensar si el amor tenia que encontrarla a ella o ella encontrar al amor. Poco a poco dejaba que la idea de quedarse sola desaparezca de su mente: ella estaba destinada a ser feliz y solo tenia que ser paciente y esperar que las cosas se den y ser fuerte y aguantar las cosas malas y prepararse para las cosas buenas. Suena duro y algo frío, pero lastimosamente somos como marionetas con unos hilos que son dirigidos por alguien que nunca vemos. Ella quería deshacerse de dichos hilos y poco a poco lo lograría, para tentar su destino y seguir a su corazón.

La vida continua para ella, con desafíos, sueños, objetivos, metas y muchas cosas por lograr y ser feliz en esta complicada vida. El amor no iba a dejar que esto se caiga como un castillo de naipes, pero al menos que resista el primer encuentro de alguien especial para ella. Dicen que con el primer gran amor uno nunca termina pero se aprende de esta persona muchas cosas para poder ser felices con la persona indicada. Ella estaba asimilando esa lección y quería pasar al siguiente capitulo pero no se atrevía a voltear de pagina. Y entonces sucedió: una persona hizo que ella voltee la página sin pensarlo dos veces. Era un sentimiento extraño y maravilloso a la vez. Igual tenia miedo, desconfiaba, estaba tímida porque su corazón no aguantaría otro sufrimiento ni otras lágrimas, ya no. Decidió tomar las cosas con calma y esperar que las cosas se den poco a poco. Se estaba sumergiendo en un comienzo nuevo y esta vez ya sabia nadar.