jueves, 17 de junio de 2010

La niña que sufre de amor - Capítulo VII

La niña estaba a punto de dejar de sufrir, porque sentía que cada vez se acercaba más a aquella persona que la hacia sentir especial en cada momento. Las llamadas empezaban pero no habían salidas ni conversaciones a la luz de la luna y esto preocupaba a la niña. Pensaba que él la veía solamente como una amiga y no como alguien especial. Sus pensamientos y sensaciones parecían que chocaban como haces de luz en el infinito del espacio; en su cabeza la telaraña de neuronas estaba más confundida, pero las sensaciones eran únicas e inéditas. Ella solo esperaba que se dé lo que se tenga que dar y empezar a amar y ser amada sin restricción alguna.

Un día normal y suena su celular; era él y como era obvio y como lo haría cualquier mujercita, contestó la llamada con asombroso hacia su receptor e internamente saltaba de alegría. Era una conversación común hasta que la misma dió un giro de 180 grados. Ella le mencionada que quería estar en su pecho descansando porque se sentía cansada; al otro lado de la línea, él seguía el hilo de la conversación y existía una tercera imagen: ambos juntos y ella reposando en el pecho de su amado. Aún no eran pareja ni enamorados ni nada pero nada faltaba para serlo. Al parecer la conversación seguiría estando echados juntos, pero ella no sabe si fue su decisión o se dejó llevar por él para que se convierta en algo que ambos desean: expresar su amor de la manera más placentera y única que puede existir. Entonces, cada uno al otro lado de la línea se imaginaba estando con la otra persona enfundándose entre las sabanas, acariciándose, besándose y abrazándose con tal pasión que la carne y el alma no niegan y donde la razón se deja llevar por el placer. En este caso las palabras llevaban a la acción e imaginación liberar la pasión que existía entre ambos. Ella se sentía en el cielo a pesar de no tenerlo físicamente a su lado, cosa que él también corresponde. Una manera extraña y por otro lado única de decir a esa persona que tan especial es y puede llegar a ser. Igual ella se sentía confundida en todo momento, porque no sabía que había en la mente de su amado, pero disfrutaba del momento. Al finalizar este momento, el silencio prevaleció sobre la razón. Esta conversación no podría quedar ahí, porque ambos sabían que puede darse en futuro no muy lejano.

Al finalizar una experiencia tan surreal, se sentía confundida; los días pasaban y su corazón y mente estaban en una incertidumbre tal que ya no sabía que sentir. Sabía que este episodio no había cerrado del todo y peor aún, no sabia como tendría que seguir este episodio en su vida amorosa. Ella bien sabe que el tiempo es el único quien comprende al amor y la locura siempre la acompaña. La locura se desató y falta que venga la comprensión del tiempo.