En muchas ocasiones uno no sabe que decir en los momentos cuando uno decide decir lo que siente por esa persona tan especial. Uno, en ese momento, titubea, duda, se siente confundido, cree tener todo controlado y cada palabra lista para decirse en el momento indicado, pero por diversos motivos no sabe que pasa y esas palabras no salen de la mejor manera. Quien no se haya puesto nervioso por ello es porque nunca ha vivido ello o algo parecido.
Este nerviosismo que uno puede sentir se va perdiendo con la experiencia o al contrario nunca se pierde porque siempre existe un cabo suelto. Puede ser una pregunta, una reacción o incluso una actitud que nos hace dudar en ese preciso instante que estamos declarando nuestros sentimientos ya que nunca se tienen todas las variables a la mano para esta trascendental momento. Los amigos siempre nos aconsejan como hacerlo o incluso nos apoyan para que ese momento siempre se de y que nada salga mal o por lo menos para asegurarse que estemos solos con la persona especial.
Dicen que en ese momento uno se bloquea o incluso se pone tartamudo o no entienden porque puede ser tan complicado. Bueno si fuera más fácil pues creo que quizás no se aprecie el momento o mucho menos a la persona a quien se quiere. Al final uno aprecia todo y uno se pone nostálgico cuando recuerda ese momento en que se dijo lo que se siente por esa persona tan especial. Creo que el nerviosismo por ese momento es justificado y superable solo con el tiempo y experiencia se puede superar. Con tal de mostrarnos muy nervioso en ese momento con esa persona todo estará bien. Pero, ¿por qué me pongo nervioso? Porque depende de ese momento para que tu vida de un giro radical, por ello es. Si hay otra razón la vida aún no me la ha mostrado.