En ocasiones he escuchado que del amor al odio hay un paso y tantas otras cosas y también que uno odia a tal o cual persona; creo que si alguien no merece nuestra atención pues la indiferencia es la mejor solución a eso, porque odiar a alguien es darle parte en nuestra vida aunque no queramos, pero sutilmente lo hacemos. Pienso que no es bueno odiar, tener cólera, desear el mal o querer venganza, solo que en ocasiones nos dejamos llevar por ese impulso y cedemos a aquellos sentimientos y pensamientos que hacen mostrar nuestro lado más oscuro y profundo, mostrar la parte del iceberg que no se ve. Tampoco es fácil amar a los enemigos como dijo el sabio Don Ramón, pero en honor a él estoy haciendo el intento. Sabias palabras que solo en la Biblia también podrías leer.
Pienso también, que en ocasiones, debemos ser modelos de héroes para con quienes nos rodean y enseñar con el ejemplo de respetar a aquellos que no merecen nuestro respeto y solo nuestro desprecio, porque ver el lado bueno en aquellos que nunca lo han mostrado es algo casi heroico. Todo el mundo merece una segunda oportunidad, hasta que pierde la misma. Todos podemos equivocarnos leve o groseramente una y otra vez, pero debemos reconocer el error luego de cometerlo o antes de hacerlo para evitarlo y pedir las disculpas respectivas. Se puede cambiar siempre que no tengo la intención ya que vivir en la hipocresía y sarcasmo puede generar soledad y maldad, antipatía y egoísmo que cada vez serán más difíciles de notar y evitar ya que formarán parte de nuestra forma de ser, que puede ser bueno para nosotros y malo para los demás.
Uno puede vagar por la vida creando odio y maldad en otros para con uno mismo, quizás con esa intención o sin la misma y eso se debe evitar. A veces decimos que odiamos a muchos y nunca analizamos si alguien nos puede odiar ni porque. Si a alguien le hice daño alguna vez, sin querer o a propósito, espero me disculpen algún día porque yo si los disculpo aunque nunca pidan las disculpas. Cada vez entiendo mucho algo que es tan simple e importante en la vida: no somos quienes somos por dentro, son nuestros actos los que nos definen. Nuestros actos hablan por nosotros, nuestros pensamientos hablan con uno mismo, lo que pienses a los demás quizás no les interese, lo que hagas es más importante para con todos los demás.
